martes, octubre 30
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
skip to main |
skip to sidebar
nada mas nada mas nada mas nada mas nada mas nada mas nada mas nada
remando para el mismo lado
- a su angustiosa compañia (1)
- autor anonimo de mis pesadillas (1)
- el ... que me quiere como si me amara (1)
- el engaño de siempre (1)
- el hambre de tenerle serca (1)
- el imán que une su bondad con la mia (1)
- el incendio que me provocaste (1)
- el sentimiento mas limpio (1)
- este abrir y cerrar de ojos (1)
- Felipe (1)
- la corriente que nos lleva (1)
- la desicion mas triste que he tomado (1)
- la pereza (1)
- la sangre que te guardo en mi ojo (1)
- las despedidas (1)
- las dudas de siempre (1)
- las soluciones que tiene cada vez mas sabor a problema (1)
- lo que doi y alcansa apara todos (1)
- lo que el viento no se llevo (1)
- lo que fue (1)
- lo que me broto de bien adentro (1)
- lo que sea (1)
- los pajaros que vuelan en mi cabeza (1)
- los trazos irregulares de tu cariño (1)
- que cada dia influye mas en mis acciones (1)
- un pez de verdad. (1)
oceanos no tan lejanos
llueves
No me pezques mas!
- trucha
- yo no soy la reineta de nadie solo cargo un puñado de espinas, la tengo atorada en mi torpe corazon y la guardo para que te atragantes
contra la corriente
a cuaticos
ANA BELEN - PECES DE CIUDAD
...Desafiando el oleaje sin timón ni timonel, por mis sueños va ligero de equipaje sobre un cascarón de nuez. Mi corazón de viaje, luciendo los tatuajes de un pasado bucanero de un velero al abordaje, de un no te quiero querer. Y cómo huir cuando no quedan islas para naufragar al país donde los sabios se retiran del agravio de buscar labios que sacan de quicio. Mentiras que ganan juicios tan sumarios que envilecen el cristal de los acuarios de los peces de ciudad, que perdieron las agallas en un banco de morralla que nadan por no llorar. El Dorado era un champú, la virtud unos brazos en cruz, el pecado una página web. En Macondo comprendí que al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver. Cuando en vuelo regular, surqué el cielo de Madrid, me esperaban dos pies en el suelo que no se acordaban de mí. Desafiando el oleaje sin timón ni timonel por mis sueños va ligero de equipaje sobre un cascarón de nuez. Mi corazón de viaje, luciendo los tatuajes de un pasado bucanero de un velero al abordaje, de un no te quiero querer. Y cómo huir cuando no quedan islas para naufragar al país donde los sabios se retiran del agravio de buscar labios que sacan de quicio. Mentiras que ganan juicios tan sumarios que envilecen el cristal de los acuarios de los peces de ciudad, que perdieron las agallas en un banco de morralla. en una playa sin mar
NADANDO EN LA NADA