Cabezas de Pezcado: jueves, 22 de noviembre de 2007

jueves, noviembre 22

llorando al mar

unanuvesubeaunacolinadestrozadaporloquealgundiahizounasombraquecaminabacreyendoserunomasperonuncanotoquegraciasaellalluvianoerarocioyelrocionoeramaderanilamaderarioperoestabatanconfundidoporloqueleantregoundiaunapiedraquepensoenconvertirceenlavaparalograrfundirceconellaynuncalosuponilounonilootroperosoloenunadeesasprovocoeldilubioperoelnuncaseahogo...

ANA BELEN - PECES DE CIUDAD

...Desafiando el oleaje sin timón ni timonel, por mis sueños va ligero de equipaje sobre un cascarón de nuez. Mi corazón de viaje, luciendo los tatuajes de un pasado bucanero de un velero al abordaje, de un no te quiero querer. Y cómo huir cuando no quedan islas para naufragar al país donde los sabios se retiran del agravio de buscar labios que sacan de quicio. Mentiras que ganan juicios tan sumarios que envilecen el cristal de los acuarios de los peces de ciudad, que perdieron las agallas en un banco de morralla que nadan por no llorar. El Dorado era un champú, la virtud unos brazos en cruz, el pecado una página web. En Macondo comprendí que al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver. Cuando en vuelo regular, surqué el cielo de Madrid, me esperaban dos pies en el suelo que no se acordaban de mí. Desafiando el oleaje sin timón ni timonel por mis sueños va ligero de equipaje sobre un cascarón de nuez. Mi corazón de viaje, luciendo los tatuajes de un pasado bucanero de un velero al abordaje, de un no te quiero querer. Y cómo huir cuando no quedan islas para naufragar al país donde los sabios se retiran del agravio de buscar labios que sacan de quicio. Mentiras que ganan juicios tan sumarios que envilecen el cristal de los acuarios de los peces de ciudad, que perdieron las agallas en un banco de morralla. en una playa sin mar

Cabezas de Pezcado

jueves, noviembre 22

llorando al mar

remando para el mismo lado

oceanos no tan lejanos

llueves

No me pezques mas!

contra la corriente

a cuaticos

ANA BELEN - PECES DE CIUDAD

NADANDO EN LA NADA